Cuotas bajo la lupa.
UN BALANCE DEL SISTEMA DE CUOTAS DE LA ANCHOVETA REVELA QUE HA SIDO POSITIVO. SIN EMBARGO, AÚN HAY QUE ESPERAR PARA SABER CÓMO SE COMPORTARÁN LOS GRANDES JUGADORES DE LA INDUSTRIA
Con la entrada en vigencia del sistema de cuotas individuales para la captura de anchoveta, la tercera semana de abril pasado, el sector pesquero peruano dio inicio a una de sus más grandes reformas de los últimos 50 años. El nuevo sistema, con el que el Gobierno se trazó la meta de ordenar el sector y proteger uno de los más abundantes recursos naturales del Perú, modificó sustancialmente la reglas de juego de la industria, al repartir la cuota global que asignaba anualmente el Imarpe entre todos los jugadores (dueños de embarcaciones de acero y madera).
Si hay algo que salta a la vista, desde el saque, es que finalmente el ansiado ordenamiento pesquero empieza a darse. Algunas cifras proporcionadas por el Ministerio de la Producción, el Imarpe y la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) así lo confirman: el volumen de capturas diarias se redujo de 97.087 TM a 33.866 TM; el número de embarcaciones que sale a pescar pasó de 1.200 a 477; en tanto que los días de pesca aumentaron de 32 a casi 102.
Empresarialmente, el impacto parece estar mucho más claro. Richard Inurritegui, gerente general de la SNP, se remite a un estudio realizado por el gremio pesquero que revela que hoy la materia prima ingresa al proceso de producción en las plantas pesqueras en un mejor estado (el pescado ya no llega en mal estado, pues, al existir una mejor planificación, las colas interminables de las naves para abastecer a las plantas también cesaron) y que la eficiencia en la producción, mejoró casi en 7%. “Antes se necesitaba 4,5 TM de pescado para hacer una de harina. Hoy solo se necesitan 4,2 TM. Lo cual reduce los costos de producción”, precisó.
Según Produce, otro de los efectos positivos de las cuotas es el alto precio que alcanzó la materia prima, que habría beneficiado sobre todo a los dueños de embarcaciones independientes (madera y acero). ¿La razón? Los precios que se pagaban por la tonelada de anchoveta pasaron de US$80 a picos de hasta US$180. Sin embargo, este aparente beneficio se convirtió en la pesadilla de once empresas que tienen plantas harineras pero no flota y que dependen de los independientes para abastecerse de materia prima.
Comentario
La toma de esta importante decisión de regular la pesca de anchovetas que se venia dando en nuestro país de forma indiscriminada poco a poco va enrumbándose y ordenándose mejorando así la eficiencia de producción.
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